El 19 de enero de 1802, la goleta María zarpó del puerto de Santa Marta con destino a la ciudad de Granada en Nicaragua cargada de efectos extranjeros. Esta expedición había sido organizada por un destacado miembro de la élite samaria, Manuel Faustino de Mier y Teherán, entonces alcalde. La operación aparentaba ser sencilla, pero se complicó tanto que la suma de documentación asociada a ella dejó centenares de folios.

Varios de estos expedientes conservados en el Archivo General de la nación fueron catalogados con la palabra “contrabando”. Este material será explotado para dar cuenta de dos aspectos relevantes de Manuel Faustino de Mier a inicios del siglo XIX en Santa Marta. Por un lado, sus negocios, con especial énfasis en lo que en esta ocasión exportó e importó a Nicaragua, así como los peligros del comercio caribeño para su barco, su mercancía, la tripulación y el dueño de los bienes, peligros en el mar y en la tierra.

Por otro lado, el honor De Mier durante su vida samaria, lo que ilustra acerca de las preocupaciones, las relaciones sociales y los valores del fin del periodo español en la Nueva Granada o, al menos, en la ciudad. Las sospechas de movimientos comerciales ilegítimos obligaron a De Mier a reaccionar para proteger y conservar su honra.