Con la acelerada baja demográfica que diezmó a los habitantes nativos de América durante el siglo XVI e inicios del XVII, el sistema de encomiendas y tributación impulsado por los castellanos perdió su mano de obra. Para reemplazarla, a partir de las conexiones mercantiles portuguesas en África occidental se creó un gigantesco tráfico de esclavos que pretendió suplir a los indígenas. Cartagena de Indias gozó hasta inicios del XVII un monopolio sobre los “asientos negreros” con que se ejecutaba esta trata humana, que luego se extendió a Veracruz en la Nueva España- por ello, las provincias que circundaban con ella recibieron un volumen relevante de africanos esclavizados que se ocuparon en desempeñar labores en minas, haciendas, e incluso servicios domésticos.

Esta ponencia abordará en la África Atlántica con relación al Caribe castellano, prestando atención a las costas y regiones de donde provenían los forzados migrantes africanos. Se abordarán las constantes solicitudes de cabildo y gobernadores samarios de mayor cantidad de esclavos para suplir la mano de obra indígena, y cómo estos afros lograron en ocasiones reñir y desconocer la autoridad de sus amos.