En el departamento de Magdalena, donde las brechas sociales marcan la cotidianidad, la Caja de Compensación Familiar del Magdalena (Cajamag) se ha convertido en una entidad generadora de oportunidades. Hoy cumple 68 años con cifras que impresionan: 9.900 empresas afiliadas, 139.455 trabajadores inscritos y 194.124 personas a cargo. Pero detrás de esos números están las historias de miles de magdalenenses que han encontrado en la institución una mano tendida para salir adelante.
Martha García Valencia, directora administrativa de Cajamag, lo resume así: “Nuestro impacto se refleja en la gente. Brindamos recreación, salud, turismo, cultura, arte, educación, deporte, capacitación y, sobre todo, esperanza. Somos orgullosamente parte del desarrollo social del Magdalena”.
De la Sierra al mar: servicios que rompen barreras
El impacto de Cajamag no se limita a Santa Marta y áreas urbanas de los 29 municipios. Sus programas llegan a las zonas rurales más apartadas, a comunidades donde el acceso a la educación o al entretenimiento parecía un lujo imposible. La Bibliocanoa, por ejemplo, navega los ríos llevando libros y actividades pedagógicas a poblaciones palafíticas como Nueva Venecia.
María del Pilar, madre de tres niños en esa comunidad, cuenta lo que significó ver llegar los libros hasta su casa: “Nunca pensé que mis hijos iban a tener cuentos en sus manos sin salir del pueblo. Ellos ahora sueñan con ser maestros y estudiar gracias a esas visitas”.
En la Sierra Nevada, las comunidades indígenas han recibido apoyo con programas de lectura y actividades culturales que respetan su cosmovisión. Para Luisa, docente de la zona, esto tiene un valor incalculable: “Los niños sienten que su cultura cuenta, que tienen un lugar en la historia. Cajamag nos ha devuelto la ilusión de enseñar con propósito”.
El alivio de una caja solidaria
La otra cara de Cajamag se refleja en los programas sociales y subsidios. En 2024, la entidad destinó más de 1.593 millones de pesos en subsidios de vivienda, logrando que 42 familias cumplieran el sueño de tener casa propia.
Juan Carlos, un trabajador cesante de El Banco, recuerda cómo la entidad lo sostuvo en uno de los momentos más duros de su vida: “El subsidio de desempleo me permitió comer y pagar los servicios. Pero lo más importante fue la capacitación que recibí; gracias a eso hoy trabajo en una empresa de logística. Me devolvieron la dignidad”.
Cultura y educación como motores de transformación
Cajamag también ha entendido que el bienestar no se limita a lo material. Su Teatro Cajamag Pepe Vives Campo, su biblioteca y la tradicional Tertulia Samaria han consolidado un circuito cultural que revitaliza a Santa Marta en sus 500 años de historia. Conciertos a cielo abierto, conferencias y publicaciones literarias han abierto espacios de reflexión y memoria colectiva.
La apuesta educativa no se queda atrás. Con programas de primera infancia que benefician a más de 4.000 niños, escuelas de formación técnica y artística, y el Colegio Cajamag como referente de calidad, la institución construye el futuro desde las aulas.
Para Ana Teresa, madre de familia de Gaira, esto marca la diferencia: “mi hijo se siente orgulloso y feliz de estudiar en un colegio de este nivel. Cajamag nos da una oportunidad real”.
Modernización y nuevos retos
La modernización de la atención al cliente y la apertura de nuevas unidades integrales de servicio, como la ubicada en el Centro Histórico de Santa Marta, reflejan un compromiso con la cercanía y la eficiencia. Allí, miles de usuarios encuentran un espacio no solo para trámites, sino para el encuentro cultural y comunitario.
Sin embargo, los desafíos persisten. La cobertura en las zonas más apartadas del Magdalena exige recursos constantes y estrategias innovadoras para garantizar que ningún habitante quede excluido.
La directora García Valencia reconoce que el reto es enorme: “Queremos que el modelo de las cajas de compensación sea aprovechado por el Gobierno Nacional para ampliar programas sociales en todo el país. Tenemos la infraestructura y la experiencia para hacerlo”.
Un patrimonio social
En sus 68 años, Cajamag no solo ha brindado beneficios, sino que ha tejido un patrimonio intangible de confianza entre los magdalenenses. Los reconocimientos nacionales de la Superintendencia del Subsidio Familiar, certificaciones de calidad, premios culturales y distinciones— respaldan esa gestión, pero el verdadero galardón está en las comunidades que han visto transformadas sus realidades.
El aniversario no es entonces una simple celebración institucional. Es el reflejo de cómo la unión de empresas, trabajadores y comunidad ha construido una red de solidaridad que atraviesa generaciones. Cajamag, con su historia y sus nuevos proyectos, se reafirma como un actor clave en la transformación de Santa Marta y el departamento de Magdalena.