Con una presentación vibrante y emotiva, la Orquesta Filarmónica de Cajamag llevó su música al corazón de Santa Marta como parte de la conmemoración de los 500 años de la ciudad, haciendo bailar a locales y turistas por igual.
Santa Marta vivió una noche llena de música, alegría y tradición con la más reciente retreta musical organizada por Cajamag, que esta vez tuvo como escenario el emblemático Parque de Los Novios.
En un homenaje a los 500 años de la ciudad, la Orquesta Filarmónica descentralizó su espectáculo habitual, trasladando su repertorio a cielo abierto para brindar a samarios y visitantes una experiencia cultural inolvidable.
La presentación, dirigida por el maestro Álvaro Acosta, se convirtió rápidamente en una fiesta colectiva. Desde los primeros acordes, el ambiente se impregnó de emoción. No fue un concierto más: fue una celebración viva donde el público no solo aplaudió y cantó, sino que también se levantó de sus sillas para bailar al ritmo de los clásicos caribeños interpretados con precisión y entusiasmo.
Canciones como La pollera colorá, La noche y Helado de leche encendieron el ánimo de los asistentes, que abarrotaron el parque central de Santa Marta.
La mezcla de tradición, talento y cercanía logró lo que pocos eventos culturales: conectar generaciones en torno a la música, en un entorno al aire libre donde la alegría se respiraba con cada nota.
“La gente estaba feliz, cantando, bailando, disfrutando… fue emocionante ver cómo se conectaban con la orquesta”, expresó con entusiasmo la directora administrativa de Cajamag, Martha García Valencia, quien estuvo presente en la actividad. Valoró tanto la calidad artística del grupo como la masiva y cálida recepción del público.
Con esta retreta, Cajamag reafirma su compromiso con la cultura y el acceso a eventos de calidad para toda la comunidad, recordando esos tiempos en los que las bandas sinfónicas recorrían calles y parques llevando la música a cada rincón. Hoy, esa tradición revive con fuerza, conectando el pasado con el presente y ofreciendo un espacio para el encuentro y la celebración.
La Orquesta Filarmónica volvió a ganarse la ovación del público, que terminó la noche de pie, aplaudiendo y pidiendo más.